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domingo, 31 de enero de 2016

"A un amigo en mi ausencia" de Fernando Calderón

A un amigo en mi ausencia


Amigo, dime si me ama
aquella por quien respiro;
si ha ecshalado algún suspiro
después que me separé:
Dime si acaso inhumana
de mí se olvida engañosa;
dile si la ves llorosa,
o si ha burlado mi fé.
Dímelo; la incertidumbre
es mas triste que el mal mismo:
Saca á mi alma de este abismo
en que sumergida está:
Pero… si fuere inconstante…
nada digas en mi daño;
mas vale creer el engaño,
que el desengaño llorar.

Fernando Calderón

"Himno patriótico" de Fernando Calderón

Himno patriótico

Oid sonar de los héroes las tumbas,
y sus sombras ilustres salir,
y mil écos gloriosos á un tiempo
¡libertad! ¡libertad! Repetir.
I
Hubo un tiempo de luto y de muerte,
en que solo sonaba la voz
del tirano que de oro cubierto,
insultaba á la débil nación;
pero se alza en Dolores un astro
mas fulgente, mas bello que el sol:
¡Libertad, es tu ráfaga pura!
¡Libertad, es tu inmenso fulgor!
II
Y de un héroe al ejemplo, mil héroes
alzan fuertes el noble pendon,
en que brilla con fuego, grabada.
Libertad por la mano de Dios.
El tirano al mirar esta enseña,
sobre el trono, cobarde tembló
y aunque opone sus últimas fuerzas,
triunfa al fin del patriota el valor.
III

¡Salve, ó génio, que el árbol plantaste
que regado con sangre creció!
¡Salve, Hidalgo, glorioso caudillo!
¡Salve, ó día de gloria y honor!
Y á Morelos, Allende y Aldama,
y á mil bravos que llenos de ardor,
con su muerte su gloria sellaron,
!salve! canta del pueblo la voz.


Por Fernando Calderón.

Tinta invisible

Hola. Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que publiqué y que siempre prometo que regreso, pero solamente son etapas. Quizás es porque estoy metida en otros proyectos y así, pero bueno. No prometo nada. Aquí les traigo una novela que estoy empezando. Tengo listos algunos capítulos. Intentaré subir uno al mes para no presionarme tanto. Y nada, espero que les guste. Les dejo la sinopsis aquí abajo:


Por favor, no huyas, no es tan malo como parece. No te preocupes por él, sólo ha pasado por un mal momento, en realidad... No, no te vayas. Ven, siéntate, verás que todo se pondrá mejor, una vez que escuches lo sucedido lo entenderás. ¿Quieres algo de tomar? Ahorita te lo sirvo, sólo no te vayas. Te contaré una historia, es de amor, pero no te imagines una de rosas y corazones, porque no es así, es horrible, por favor, no nos dejes.

Desde temprana edad, Leire no ha estado sola, siempre ha habido alguien a su lado, pero no alguien bueno. ¿La quiere? Al menos es lo que él dice, sin embargo, sus acciones demuestran lo contrario, como si lo único que quisiera fuera provocarle daño. Leire jamás se cuestionó de dónde vino ni quién era, lo aceptaba como uno más, probablemente no se diera cuenta que ella era la única que lo podía ver y oír. Después de muchos sufrimientos, Leire conoció a Leonardo. Al principio todo parecía ir mejor, él parecía ser todo lo que ella necesitaba, pero también escondía un secreto que eventualmente llevó a una catástrofe.

sábado, 30 de enero de 2016

"Por los desgraciados" por Ignacio Ramírez

Por los desgraciados

Indigno es de sufrir el navegante
que se tiembla cuando ruge la tormenta
y se esconde del rayo resonante,

indigno es de la lid quien se amedrenta
cuando en el campo se desata el fuego
que de los más audaces se alimenta.

Mi madre es la desgracia; pero niego
mi parentesco con aquel cobarde
que agota, si padece, lloro y ruego.

Debemos de dormir temprano o tarde
y entre tanto es placer, es una gloria,
de una alma desdeñosa hacer alarde.

Por eso el pueblo es digno de la historia.
Yo lo he visto sangriento y derrotado
entregarse al festín de la victoria.

En vano el invasor lo ha encadenado;
la muerte en vano por su frente gira;
no descubre un caudillo ni un soldado:

En oscura prisión tal vez se mira;
se extingue de la tumba en el ambiente;
y allí lo alumbra su esperanza y su ira.

¿Quién ha postrado su soberbia frente?
¿Ni quien resiste su mirada fiera?
El contrario estandarte, omnipotente

allá en la Europa, para allá volviera;
y desde el Golfo contempló en el cielo
manto del sol brillar nuestra bandera.

¿Y seremos nosotros el modelo
de los humanos débiles? Un día,
nos dispersamos con incierto vuelo

tras los caprichos de la suerte impía,
desde aqueste edificio venerable
que de nido amoroso nos servía.

¡Fortuna, y gloria al hombre que se precia
de respeto infundir hasta a la muerte!
Dios, por invulnerable, la desprecia;
y, por su dignidad, el varón fuerte.


Por Ignacio Ramírez