de Lord Bayron
Llora en silencio mi alma solitaria
excepto cuando esté mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.
Es la llama de mi alma cual aurora,
brillando en el recinto sepulcral:
Así extinta, invisible, pero eterna...
ni la muerte la puede mancillar.
¡Acuérdate de mí!... cerca a mi tumba
no pases, no, sin regalarme tu plegaria
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que has olvidado mi dolor.
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